"La palabra, una vez escrita, vuela y no torna" - Quinto Horacio Flaco

domingo, 12 de abril de 2009

Manual de urbanidad para el ciudadano barroco del siglo XXI

Si comportarse adecuadamente resulta difícil en cualquier parte del mundo, hacerlo en México es una hazaña imposible. Sin herramientas como el doble sentido, el humor negro, el albur o el verbo chingar, el mexicano sería incapaz de entablar relaciones y abrirse brecha por la vida. Aquí, donde lo que es acaba no siendo y donde se dice (y hasta se hace) una cosa por otra, es de suma importancia tener vasto conocimiento de los formulismos sociales. No sé por qué a nosotros, los mexicanos, nos tachan de incultos, si usamos de un modo inmejorable la metáfora, la aliteración y un sinnúmero más de figuras retóricas. La literatura corre por nuestras venas: el problema es que no la escribimos; la volcamos en la rutina.

A lo largo de 18 años de concienzuda observación y refinada hipocresía, algunas verdades se han desenmarañado delante de mí. A continuación enlisto los descubrimientos que, considero, les serán de utilidad a un par o tres de personas, y que servirán a más de uno para solucionar aquello que les escoce las entrañas. O las neuronas, más bien; porque ya nuestras entrañas tienen bastante con las amibas.

1. ¿Cómo decir "cállate, no soporto tu charla" sin pronunciar palabra y sin recurrir a los golpes?
R: Sonríe, sonríe y no dejes de sonreír hasta que el interlocutor advierta tu desinterés.

2. ¿Cómo decir "te conozco, te reconozco; sé tu nombre pero tu persona entera me tiene sin cuidado"?
R: Prueba diciendo "hola, ¿cómo estás?". O sólo alza las cejas un instante y continúa caminando.

3. ¿Cómo decir "me caes muy bien, lo digo en serio"?
R: Suelta un insulto. Entre más hiriente, mayor es el afecto que deseas expresar. A menos que el insulto involucre a alguna madre: si es el caso, entonces el odio es genuino.

4. ¿Cómo decir "me gusta leer" sin parecer un tipo raro?
R: Di "lo mío no son los deportes".

5. ¿Cómo decir "me caes muy mal, debo rechazar tu invitación y alejarme los más pronto posible de aquí"?
R: Di "tengo cita con el dentista esta tarde". O algún otro pretexto, como irse a inscribir a algún lado, también sirve: la gente lo cree.

6. ¿Cómo decir "me has sacado de quicio; estoy enojado, estoy harto"?
R: Ve a la persona a los ojos y asegúrale que no te pasa nada. Que se trata del clima o que es una figuración suya... Aquel gesto de ira es inconfundible.

7. ¿Cómo decir "tu comida apesta, no la quiero ingerir"?
R: Di "ah, ¿tiene chile? ¿Crees que me haga daño si tengo gastrisis". O trata con: "ah, creo que acabo de encontrar un pelo". El "ah" inicial es muy importante.

8. ¿Cómo decir "¿quieres tener una aventura conmigo?"?
R: Di "¿quieres ver una película conmigo?".

9. ¿Cómo decir "sé que te gusto pero tú no me interesas en lo absoluto"?
R: Aquí no sé. Yo bloquearía al contacto en cuestión del messenger.

10. ¿Cómo decir "no quiero estar aquí"?
R: Di "¿a qué hora acabaremos?", ó "¿a qué hora crees que pueda irme?", ó "¿a qué hora crees que puedas llevarme?", ó , según las circunstancias, "mi función es a las 4".

11. ¿Cómo decir "quiero que te vayas"?
R: Cuenta un chiste, pero que sea de los malos. Es decir, no debe contener groserías ni alusiones a los genitales ni pinches negros o pinches chinos. Prueba algún juego de palabras. Es más, si tu talento lo permite, atosiga al interlocutor con tantos juegos de palabras como puedas: entre más lo hagas pensar, mejor. Ejemplo: "¿Qué más?". "¿Quemas?". Seguida la frase de una sonrisa aceitosa.

12. ¿Cómo decir "detente: estás tocando fibras sensibles"?
R: Tuerce la boca, alza el puño y haz que destaque tu dedo central. Ya saben: la señal obscena.

13. ¿Cómo decir "entiendo lo que dices pero fingiré demencia"?
R: Di "no bromees".

14. ¿Cómo decir "estoy desesperado: ¡ayuda!"?
R: Hazlo en estacionamientos públicos y luego ve por las esquinas contando tu devaneo. Si lo haces en un estacionamiento público, procura los rincones apartados y oscuros. Si tu coche no posee vidrios entintados, no sé entonces para qué demonios tienes un coche.

15. ¿Cómo decir "no sé nada de la vida pero me gustaría saber algo"?
R: Escribe una entrada en tu blog en la que te las des de muy experimentado y sabihondo.

16. ¿Cómo decir "me atraes sexualmente; deseo acostarme contigo, aunque sé bien que luego pasaré de ti"?
R: Di "te amo".

17. ¿Cómo decir "soy un chico interesante, deseoso de ti y de muchas otras cosas"?
R: Déjate la barba. Recomiendo el candado, aunque el alcance de su éxito está por comprobarse.

Y no prosigo porque ya saben, el número 18 es de mala suerte. Espero que la información haya sido útil.


P.D.: Ah, este post fue escrito en afán de broma. No quiero que la gente piense que cada vez que sonrío o que digo algo en verdad estoy comunicando otra cosa. Sólo bromeo: yo suelo ser directo, más racional que barroco. Sólo bromeo. Ya algunos saben lo chistosito que llego a ser, en especial en las madrugas. Pero es que qué se espera que haga con el insomnio si mi celular no tiene señal, el mundo duerme, dejé las películas abajo y el único texto que tengo a la mano es mi propia novela.

jueves, 9 de abril de 2009

Expectativas


1. Fui en busca de comida china a Mandarin House y no me gustó: esperaba más.
2. Vi The Reader y no me asombró: esperaba más.
3. Ordené ansioso una pizza y no me la acabé: esperaba más.
4. Llegué a "La Cima" en bicicleta y me contrarió: esperaba más.
5. Leí por primera vez a Ernest Hemingway y me cogió por sorpresa: esperaba más.
6. Qui
Creo que debo aprender la lección y hacer que mis expectativas se adecúen a la realidad. O, de otro modo, tendré que hacer que la realidad satisfaga mis expectativas. Aún no me decido, si es que la decisión está en mis manos.
Y para impedir que una crisis existencial invada mi vida, mañana mismo leeré la segunda encíclica de Benedicto XVI, Spe salvi, que es (como su nombre lo dice) sobre la esperanza. Viene mucho a cuento, por la Semana Santa y por mis inquietudes. Aunque, la verdad, yo no soy cristiano: soy ateísta, o incluso peor: soy antiteísta. Leeré la encíclica con más morbo que devoción: jamás mis ojos han pasado por las letras de un Papa. Así que a ver... La edición de la encíclica viene con el retrato de la Virgen de Guadalupe impreso detrás: siempre he encontrado ese retrato (o más bien impresión, con eso del milagro de Juan Diego) horroroso. La vestimenta de la Virgen es excesivamente rígida, la noto desproporcionada, con un angelito mofletudo que me recuerda a Puebla. Las estrellaas parecen superpuestas en el velo, y las manos se me antojan muy poco naturales. No sé de pintura y estoy lejos de poder formular una crítica seria, pero luego de echarle un vistazo a otras obras, nuestra Virgen morena luce desabrida, desacertada y hasta defectuosa. Nada de volumen, nada de claroscuro, nada de nada. Y lo peor es que el retrato está colgado en cada esquina de cada casa, y ahora hasta figura en el revés de los libros. Aunque, bueno, el que haya sido un milagro lo compensa todo.
En fin, en fin... El punto de esta entrada era decir que albergo tantas expectativas que me estoy convirtiendo en un individuo inconforme. Ya nada me parece. Ya no tolero nada que no embone con lo que yo esperaba de antemano. Y hago caras y bufo y creo que la gente comienza a advertir la incomprensión que siento. ¿Será que soy irritable? ¡Haha! Me da miedo, mucho miedo, admitir que sí.

sábado, 4 de abril de 2009

Exhibicionismo

Juré que reinauguraría el blog cuando la última entrada sumara setenta comentarios; pero lo juré para plantear un imposible y para olvidarme, de una buena vez, de estas palabras tullidas, que resultaron todo menos mensajeras. Me sorprendió, sin embargo, el esfuerzo y el interés de Mauricio, que se dio a la tarea de él solo en una tarde reunir los comentarios necesarios para la reapertura. Lo hizo a su estilo. Y pues... pues yo debo cumplir con mi parte y comenzar de nueva cuenta con las entradas. Pero en esta ocasión no espero ni lectores ni comentarios. Conservaré este blog para llevar registro de no sé qué y poder volver la vista atrás después de no sé cuánto tiempo. Será, además, un modo de dar señales de vida a mi(s) amigo(s) y familiares cuando no esté.
... Aunque creo que la verdadera razón es que soy un exhibicionista incorregible; y así como me he desnudado a la menor provocación, quiero tener un espacio en la Red al que todos tengan acceso. Quiero exhibirme, le interese a quien le interese.
Ah, claro, y a partir de ahora éste será el medio oficial de "Agüita de Limón", cuyas transmisiones extra muros están a unos meses de desatarse. O eso se espera. Con ansias.