No recuerdo qué edad tenía. Sólo sé que por entonces las lecturas de Harry Potter ya me habían hastiado y me acercaba alarmantemente al final de El Señor de los Anillos. Yo ansiaba otra novela épica, ésas de castillos, damas en apuros y héroes legendarios. Mi padre, preocupado, llegó un día a casa con un par de bolsas a rebosar de libros. Sin embargo, ni uno de los títulos satisfizo mi gusto severo. De modo que ese mismo fin de semana me llevó de la mano a la librería. Allí, sobre el montón de novelas, se alzaba El Amuleto. De Barbara Wood... Enseguida lo tomé.
Y me fascinó. Sigue siendo una de mis obras favoritas. No recuerdo qué edad tenía, pero sí me acuerdo con exactitud del contenido de ese libro. Narra el viaje que ha venido realizando una piedra a lo largo de la historia. El amuleto es en realidad un pretexto para relatar la vida de sus distintos poseedores, que van de la prehistoria al oeste americano del siglo XIX, pasando por la vieja región del Jordán, la Roma Imperial y la Edad Media... En total son ocho relatos que tratan de desentrañar la evolución del hombre. No hay aparente relación entre ellos, más que la presencia del amuleto y del diferente significado que cada protagonista le da a éste.
Fascinante.
Barbara Wood, simplemente, me fascinó.
He leído, tal vez, doce títulos de ella. Algunos logran más que otros. Yo tacharía de indispensables Bajo el Sol de Kenia (tendré que dedicar una entrada entera a esta pieza maestra de la literatura), Las Vírgenes del Paraíso y Domina.
Su estilo nítido, con las justas metáforas, los diálogos colmados de viveza y las acertadas referencias históricas, han hecho que Barbara Wood encabece mi lista de dioses paganos. Le profeso cierto cariño y hasta agradecimiento: fue la mujer que desató las palabras para ese niño prendido de la mano de su padre, que buscaba novelas épicas y encontró algo mejor.
Barbara Wood, sin duda, influenció de manera decisiva en el niño cuando a éste le dio por comenzar la escritura de su propia obra... Pero eso es cosa de otro autor, otro libro y otra entrada...
2 comentarios:
Si todo escritor talentoso tuviese su blog y por medio de el nos diese una remembranza de las lecturas qeu le inspiraron, seguro fuese otra cosa. Pero ademas muchos mentirian al respecto, es bueno saber Joven Cuellar como inicio esta pasión qeu tan bien le sale. En horabuena y continue como va. Se le quiere mucho. Saludos.
No sé si a alguien interese, pero hoy, husmeando en Miguel Ángel de Quevedo, di con dos libros de Barbara Wood. Se trata de primeras ediciones en pasta dura. Las adquirí sin chistar, a pesar de que tengo esos mismos libros en rústica y en ediciones posteriores. Mi pequeña ambición es formar un soberbia colección con todas sus obras. No quiero insinuar nada, pero un buen regalo de cumpleaños podría incluir en la portada el nombre de esta escritoria. Tapa dura. Sólo ediciones tapa dura entran al estante que le reservo.
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