Ayer, arreglando los libros, di con esta obra de Stefan Zweig. No me acuerdo de los pormenores de la trama, pero el sabor de la historia aún lo siento fresco en la mente... Trata de una mujer que, luego de varias décadas, se propone relatarnos las 24 horas más trascendentales de su vida. Este flashback nos lleva al casino de Montecarlo. A un joven apuesto, presa de los juegos de azar, y a una dama que estará dispuesta a dejarlo todo por una aventura.
La historia tiene todo lo que me gusta: un tono nostálgico, una escena romántica bajo la lluvia, el ruido del mar, una pasión entre desconocidos, mucha despersonalización y muchas faltas a la moral.
Personalmente, no creo en los amores que nos describen los europeos de finales del siglo XIX y principios del XX: son amores que se cultivan en cuestión de horas y que ponen tanto a caballeros como a elegantes damas a temblar de duda y emoción. No, en definitiva no comprendo esos amores, aunque me encante leerlos.
El libro está plagado de juicios morales. La protagonista no sólo nos narra acciones, sino que se detiene varias páginas en descripciones sobre sus sentimientos. Parece, incluso, que le preocupan más las emociones que las acciones mismas...
En fin, es una gran novela, que retrata bastante bien la consternación de los europeos de esos años: temían que su esposa se les fuera de casa, harta de la monotonía y enamorada de algún señor con sentido del humor y buen semblante.
La mujer que nos cuenta las 24 horas más irreales y vertiginosas de su vida bien pudo protagonizar Casa de Muñecas, de Henrik Ibsen. Seguramente Stefan Zweig leyó esa obra, o la vio en el teatro.
Caray, después de Nietzsche las maridos empezaron a ver a sus esposas con recelo, temerosos de que éstas se volvieran supermujeres.
Y seguimos recelando, ¿no?
Da igual.
Ayer, luego de pensar en todo esto (es decir, luego de ir de Stefan Zweig a Ibsen, y después a Nietzsche) coloqué 24 horas en la vida de una mujer en uno de los estantes del centro. Ya bastante olvidado está Zweig como para que yo, además, lo olvide.
"La palabra, una vez escrita, vuela y no torna" - Quinto Horacio Flaco
domingo, 7 de diciembre de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
24 horas en la vida de una mujer, Deberian ser 24 de infierno y paraiso, pues con sus acciones sin premeditación pueden hacer girar el mundo y provocar catastrofes. Toda mujer se deja llevar por sus sentimientos y creo por ello se relatan mas los sentimientos que las acciones. Ellos llevan a todo.
Publicar un comentario