Primer acto. Balcón. Tercer piso. Diez de la noche. Un hombre se abraza a una mujer y la mujer, angustiosa, le devuelve el apretón. Se aferran con más fuerza de la necesaria, como si tuvieran miedo de perderse. Él mira al cielo; hay pocas estrellas. Ella cierra los ojos.
Él: No me conozco. No soy yo el que está aquí, haciendo esto.
Ella: Quizás aquí estás descubriéndote. Podrías correr desnudo y nadie se enteraría. Quizás aquí, ahora, conmigo, en Florencia, por fin estás aprendiendo quién eres.
Él: No sé. A lo mejor tienes razón. A lo mejor un día de estos corro desnudo por Santa Croce.
Segundo acto. Interior de una habitación en penumbras. Una de la mañana. No se escucha más que el zumbido del ventilador eléctrico y la respiración tenue, muy tenue, del hombre y de la mujer.
Ella: No sé qué puedo ofrecerte.
Él: Yo tampoco... Alojamiento, ya tengo. Comida, no es problema...
Ella: Ah, pues una visa.
Él: Ah, pues una visa.
Ella: Cásate conmigo y obtienes la visa alemana, es de las mejores. Nunca tienes problemas para viajar.
Él: Y ya con la visa me puedo quedar aquí.
Ella: Y vamos a tu país unas cuantas veces al año. Y nos mudamos a Munich, o París. Me están ofreciendo trabajo en París... O España.
Él: De acuerdo. Acepto todo.
Ella: De acuerdo.
Dejan de hablar unos segundos. El zumbido del ventilador. Las respiraciones. Rompen a reír y luego se abrazan. Es hora de dormir.
Él: Tengo hambre.
Ella: ¿Tienes hambre? ¿En serio?
Él: Sí, en serio.
Ella: Pues vamos, vamos a la cocina.
Él: Está muy lejos...
Ella: Vamos. Ahí está la pizza que no quisiste cenar. Vamos... Vamos.
Tercer acto. Estudio. Siete de la mañana.
Ella: Perdón, perdón. Estoy lista en unos minutos.
Él: No importa. ¿Puedo ver tus libros?
Ella: Sí, sí...
Y se marcha. Él selecciona, de entre muchos títulos en alemán, uno en inglés. Es de Oscar Wilde. Lo hojea y le brinca de inmediato un título: De profundis. Piensa en pedirlo prestado, pero luego recapacita y decide que no. Que él nada quiere saber de prisiones.
"La palabra, una vez escrita, vuela y no torna" - Quinto Horacio Flaco
domingo, 23 de agosto de 2009
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3 comentarios:
alguieeeen ya no escribe en su blog ...
Para que escribe si esta tan ocupado, jeje. saludos jm, y extraño a tu mama, le amo.
Es que "tu mama" ahora anda inmerso en esas cosas de la universidad.
Quién diría.
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